Las expediciones suelen realizarse en los meses de verano austral (noviembre a marzo), cuando las condiciones climáticas son más favorables.
Las visitas deben coordinarse con las autoridades del Parque Nacional Tierra del Fuego o con operadores especializados.




El paisaje está dominado por jarillas, pastos duros y mata negra.
En las sierras crecen algarrobos, caldenes y molles. En primavera, la estepa se cubre de flores silvestres que contrastan con el suelo rojizo y las formaciones rocosas.
La vegetación está adaptada a la sequía y soporta temperaturas extremas.
El parque protege una muestra representativa de la fauna de la estepa y las sierras pampeanas.
Destacan el guanaco, el puma y el zorro gris. Entre las aves se observan el águila mora, el halcón peregrino, el ñandú y distintas especies de aves pequeñas.
También habitan vizcachas, armadillos y reptiles adaptados al clima árido.